domingo, 4 de abril de 2010

LA CRÍA DE TERNEROS DEL REBAÑO LECHERO (I): ALIMENTACIÓN LÍQUIDA.

La cría de terneros es un periodo comprendido entre el nacimiento y el destete del animal. Debido a las limitaciones digestivas (gotera esofágica y rúmen escasamente desarrollado) los terneros son totalmente dependientes durante las 2-3 primeras semanas de vida de la leche que les pueda proporcionar sus madres o el ganadero, en el caso de lactancia artificial. Aunque también se debe favorecer que consuman alimento sólido para impulsar el desarrollo de su aparato digestivo.

Los primeros días de vida del animal son un período muy crítico, donde se presentan tasas elevadas de mortalidad. Es fundamental que los terneros consuman, lo más pronto posible, leche calostral que les proporcione inmunidad pasiva. Las propiedades inmunoprotectoras del calostro radican en su composición, rico en leucocitos, proteínas bacteriostáticas e inmunoglobulinas. El consumo de calostro, como se indicaba anteriormente, debe realizarse lo más pronto posible, ya que el intestino delgado del recién nacido es permeable a las inmunoglobulinas calostrales durante las 12 primeras horas de vida. A partir de ahí, comienzan a degradarse con la digestión, siendo el porcentaje de las absorbidas integramente cada vez menor, hasta anularse por completo 12 horas más tarde. El intestino del ternero no solo es permeable a los componentes del calostro, sino también a los distintos microorganismos presentes en el ambiente, razón de más para acelerar el consumo de leche calostral y que el organismo del ternero adquiera inmunidad pasiva frente al ataque de patógenos. Es decir, la viabilidad del recién nacido dependerá en gran medida de que en el organismo del recién nacido recalen antes las inmunoglobulinas calostrales.

Pero el calostro tiene otros cometidos aparte de los citados anteriormente, como nutritivos por su alto poder energético, como laxante o como portador de sustancias como hormonas, péptidos bioactivos y enzimas que impulsan el desarrollo del intestino del ternero. Además, el calostro respalda el intenso anabolismo inicial de los terneros neonatos.

La primera decisión que debe tomar el ganadero es la forma de suministrar el calostro, que puede ser por amamantamiento natural o el suministro artificial mediante biberones, botellas, etc. El amamantamiento natural es el método más empleado y más barato. Sin embargo presenta una serie de inconvenientes, como puede ser la tardanza del ternero en realizar las tetadas por debilidad o presencia de microorganismos patógenos en los pezones, y además está también la incertidumbre de saber la cantidad real de calostro que ingieren los terneros, la calidad del mismo y si este es suficiente para cubrir sus necesidades.

Por estos inconvenientes, en rebaños lecheros, cobra más fuerza el suministro artificial, bien de calostros naturales ordeñados previamente o de calostros artificiales. Para ello se separa al ternero de la madre una vez normalizada su respiración, tras el nacimento. Se les traslada a lugares secos, cálidos y bien desinfectados. Otro aspecto importante es la postura que adopta el ternero en el momento de ingerir el calostro, conviene que sea lo más parecida posible a la del amamantamiento natural para facilitar el cierre de la gotera esofágica. Varios son los sistemas para suministrar el calostro, sin embargo, el que más garantías ofrece son las tetinas. El calostro se debe dar a una temperatura de 37-39 ºC en dos tomas de 2 l (con un contenido mínimo de 50 g de inmunoglobulinas/litro). La primera toma se debe suministrar lo más pronto posible, dentro de las 2 primeras horas de vida, mientras que, la segunda toma se da antes de transcurridas las 12 horas desde el nacimiento.

La administración del calostros continuará durante los 2-3 días siguientes al nacimiento mediante la leche calostral o la de transición. Se da por bueno un suministro diario de leche calostral equivalente al 10 % del PV en 2-3 tomas. También conviene suministrar a los terneros probióticos, para reforzar su barrera intestinal y prevenir infecciones.

A continuación, se pasará a suministrar al animal la alimentación líquida principal de la fase de cría, esto es la leche. En rebaños lecheros se tiende a amamantar al ternero artificialmente, mediante tetinas o nodrizas. Para ello se emplea leche natural o lactorremplazantes, a una temperatura de 37-39 ºC. En lo referente al nivel de alimentación, el sistema convencional de cría artificial se plantea de dos formas: como alimentación restringida (SCAR) o como alimentación a voluntad o "ad libitum" (SCAd).

El nivel de aliemtación del sistema restringido se sitúa muy por debajo del alcanzado en el sistema natural, por lo tanto las ganacias de peso van a ser menores. Se trata por tanto, de abartar costes reduciendo el gasto de lactorremplazantes. Además, de esta forma, los terneros se ven incitados a consumir alimentos sólidos para cubrir sus necesidades cada vez mayores, alimentos que promueven el desarrollo ruminal, preparandolos para el destete. Serán suficiente, por tanto, 10-12 g de LR/kg PV de terneros diluidos en 4 l de agua (a suministrar en dos tomas diarias de 2 l). Aunque existen sistemas mixtos en los que las primeras semanas se emplea el sistema a voluntad, para pasar después a una alimentación restringida. Incluso el suministrar sólo 1 toma diaria (aumentado un poco la concentracion de LR), para reducir costes de mano de obra. Con una sola toma los terneros tienden a incrementar más rápidamente el consumo de alimentos sólidos, y en cuanto al ritmo de crecimiento, apenas se notan diferencias respecto a los alimentados 2 veces al días. Todo es cuestión de que el ganadero evalúe las alternativas existentes y se quede con la más conveniente para sus intereses.

En cuanto al sistema de suministro del alimento, bien sea mediante tetinas o nodrizas, conviene que se sitúen por encima de la cabeza del ternero para desencadenar el mecanismo de la gotera esofágica.

Durante este período también es importante suministar a los terneros alimentos sólidos, concentrados y forrajes, para incitar su consumo y favorecer el destete. Este aspecto se comentará en la parte II.

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